Slideshow image

Todos necesitamos un pastor. Dios nuestro es Pastor. Cuando pasamos por etapas agradables, fáciles, felices, Dios nos pastorea. Cuando Dios permite que pasemos etapas difíciles, pruebas, Dios nos pastorea. Dios nos guía, nos cuida y nos protege, nos defiende, nos alimenta, nos enseña a conocer Su voz,

Vivimos tiempos de confusión, violencia, epidemia, constantes malas noticias… Pero tenemos a Dios nuestro Padre, nuestro Salvador y Señor, y en estos tiempos tan extraños, Dios nos recuerda por medio de Su Palabra que Él, además, es nuestro Pastor.

Dios, nuestro pastor, nos salva

1a Pedro 2:25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

Las ovejas son los animales más dependientes y necesitados de constante guía, dirección, instrucción y protección; no es extraño que se nos compare con ovejas y no con leones u otros animales.

Isaías 40:11 “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.”  

Dios nos apacienta, nos lleva en sus brazos, sobre su seno, y pastorea delicadamente a sus nuevas ovejas. Dios trata suavemente a los nuevos creyentes, y prueba fuertemente a los creyentes mientras van creciendo en la relación con él, pero de todas maneras, todas las ovejas estamos siempre siendo pastoreados amorosamente por Él.

Juan 10:11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” 

Jesús dio su vida por nosotros, sus ovejas. Siendo que él hizo el sacrificio máximo para salvarnos, no debemos dudar de su cuidado por nosotros durante los desiertos de la vida; por el contrario: al recordar la cruz y la resurrección, y al adorarle por ello, recibimos ánimo. Él dio Su vida por nosotros y no nos dejó solos.

Dios, nuestro Pastor, nos guía por la vida

Dios nos guía en las pruebas que permite para que maduremos, como el águila que agita sus redes para obligar a sus crías a crecer. Pero como Pastor, el Señor siempre nos cuidará, recogerá, llevará y conducirá. Dios, nuestro Pastor, nos guía con su Palabra.

Salmo 23:1 El Señor es mi pastor, nada me faltará…Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” 

Nadie puede hacer esto por nosotros, excepto Dios, nuestro Pastor. ¿Qué vara y qué cayado seguimos? ¿El nuestro? ¿El de falsos maestros? ¿El de la gente, o el de Dios nuestro Pastor?

Dios, nuestro Pastor, nos capacita para escuchar su voz y seguirle.

Juan 10:1-11 “Mis ovejas oyen mi voz…no las del extraño” 

Para conocer su voluntad, debo conocer su voz.

Dios, nuestro Pastor, nos capacita para hacer su voluntad

Hebreos 13:20 “Y el Dios de paz (cualidad de Dios. Dios hizo la paz con nosotros mediante Jesús) que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo (el Dios todopoderoso) el gran pastor de las ovejas (y “Príncipe de los pastores”) por la sangre del pacto eterno (hizo un pacto con nosotros en Cristo para ser nuestro Pastor) “…os haga aptos (capacite) en toda obra buena para que hagáis su voluntad (El comenzó la obra en nosotros, Él la completará. Él está con nosotros) haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo (Él hace en nosotros sólo aquello que le agrada ver en nosotros y que ha sido logrado por Jesucristo para nosotros) al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Gloria a Dios por Jesucristo).

Dios tiene poder para capacitarnos en hacer su voluntad. Dios nos pide que hagamos su voluntad y nos da la capacidad de hacerla; nuestra tarea es seguirlo como nuestro Pastor.