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La amabilidad, la paciencia y la preferencia, deben ser la respuesta de cada uno de nosotros (Romanos 12.9-16). Una de las mejores maneras de prevenir los conflictos es por medio del amor, del respeto, y del genuino interés por escuchar y conocer mejor a los demás. Pero, ¿Cómo tratamos a una persona que “no nos cae bien”? “¿Y cómo repercute a toda la iglesia nuestro buen trato a esa persona?

Compasión y paciencia. 

Dios está obrando en las vidas de todos, incluyendo la nuestra. La falta de compasión y paciencia tiene consecuencias negativas. Cuando Moisés se enojó a causa de la rebeldía del pueblo de Dios, sufrió serias consecuencias (Números 20.1-13; Salmo 106.32)

La mala actitud de Moisés y Aarón hacia el pueblo demostró que ellos no confiaron en Dios. Tal mala actitud de rebeldía les causó no poder entrar en la tierra prometida. Si nosotros caemos en el pecado de Moisés y Aarón, no perderemos la salvación, pero sí la bendición de ver las vidas de hermanos amados entrar en una relación más abundante con Dios; no los veremos crecer. La rebeldía tiene un precio muy caro.

La gentileza es parte de la “cultura” de un verdadero cristiano 

Los cristianos tomamos la gentileza bíblica muy enserio. ¡Cultivémosla! La falta de gentileza (y no sólo la falsa doctrina) puede causar divisiones y puede ser un motivo de disciplina - (Tito 3.9-11). Recordemos que los sistemas, programas y operaciones de la iglesia son muy importantes; ¡pero la gente es más importante! La iglesia no existe para los programas, sino viceversa.

Firmeza sin agresividad

Nadie, en realidad, “aprende a los golpes” como se nos ha dicho en casa o en nuestra cultura. Los golpes de palabras o de acciones hieren en vez de sanar los errores de aprendizaje. En Colosenses 3.13 aparece la palabra: “Soportándonos” (En griego se puede traducir como "teniendo paciencia” unos con otros). 

No “descalifique” ni evite a aquellos que a usted no les caen bien.

Tenga la compasión de Cristo en usted. Vea a las personas de acuerdo a lo que Dios puede hacer en ellos. Medite en los siguientes textos de la Biblia y pídale al Señor que cambie su corazón con respecto a las personas “difíciles”: Filipenses 4.5; Romanos 2.4; 9.23; 11.22; 2 Corintios 6.6; Gálatas 5.22; Efesios 4.32; Tito 3.4

La amabilidad, la paciencia y la preferencia son indispensables en el trato, o relación, unos con otros. ¡Dé gracias a Dios por aquellos que las aplican en el trato hacia usted!