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Los Riesgos del Evangelio Triunfalista

De una manera u otra, todos hemos sido testigos de una tendencia teológica que en los círculos académicos se conoce como: “el evangelio triunfalista.” Lo hemos visto en televisión y en videos que proyectan la imagen de una persona muy especial, muy bien vestida y con una “unción de poder” que promete cambiar nuestras situaciones de la noche a la mañana. Sin embargo, debido a las frustraciones que estos personajes no ven en su audiencia después del gran evento, queremos compartir los riesgos que implica el seguir a ciegas las tendencias del evangelio triunfalista.  

El riesgo de una teología incompleta

Motivaciones aparte, la teología del evangelio triunfalista presenta un mensaje que no se aferra a la interpretación completa de las Escrituras, aun cuando esa es justamente una de sus banderas preferidas. Dios ha prometido salvación, sanidad, liberación y provisión, entre otras bendiciones, pero también nos ha anunciado cosas como que en el mundo tendremos aflicción; que la gente nos aborrecerá por causa del evangelio, y que para llegar a decir como Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, debemos primero leer el contexto para recordar que esas palabras son la conclusión después de decir: “Se vivir humildemente y se tener abundancia…así como para estar saciado, como para tener necesidad.” (Filipenses 4.12 y 13). El mismo apóstol Pablo que habló de sus triunfos en Cristo, también fue lo suficientemente honesto para recordarnos que padeció no sólo persecución por causa del evangelio, sino también la lucha contra el pecado y contra sus propias circunstancias: “El mal que no quiero hacer, eso hago. Miserable hombre de mí, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7.19). 

 

Evidentemente esas declaraciones de Pablo contradicen el mensaje del evangelio triunfalista. ¿Es que acaso Pablo tenía una teología incompleta? Por supuesto que no. Lo que está escrito es Palabra de Dios inspirada a uno de sus siervos más efectivos en el ministerio. Es una palabra que proviene de Dios vía el sentir de un ser humano santo, pero falible; ungido, pero suficientemente humilde como para reconocer que el triunfo y la victoria le pertenecen sólo a Dios y él nos la otorga como premio después de “ganar la batalla”, como decía Pablo, o de “obtener el premio” que representa la victoria después de haber luchado. 

El riesgo de las falsas expectativas 

Me gustaría testificar que después de más de cinco décadas de conocer personalmente al Señor Jesucristo, he vivido una vida libre de dolor, de ansiedad, de frustraciones y de necesidades financieras; sin embargo, estaría mintiendo, como lo haría cualquier otro cristiano que testificase algo semejante. La vida cristiana es una vida de triunfo y victoria, pero no siempre es una vida libre de conflictos. 

El evangelio triunfalista crea falsas expectativas en sus seguidores. Los líderes de tal ideología mezclan el concepto correcto de profecía, o de palabra de sabiduría, con promesas que luego no pueden comprobar objetivamente.   

El riesgo a la integridad de la fe es muy grande. Quienes siguieron la ideología del evangelio triunfalista en cualquiera de sus formas, nos relatan episodios muy tristes de dudas, temor, escepticismo, y en algunos casos también de enfriamiento espiritual. 

El riesgo para la familia también es muy grande. Conozco muchos casos de familias divididas a causa del evangelio triunfalista. En mi práctica profesional también he atendido a ex líderes involucrados en este tipo de creencias quienes, tristemente, cayeron en inmoralidad sexual, en adición al dinero, en abuso de su autoridad eclesiástica y otros males. Ni que hablar acerca de los fracasos matrimoniales de muchos de esos líderes. 

El riesgo para la iglesia también termina siendo muy costoso. Mantener el estilo de vida de los líderes del evangelio triunfalista es realmente alto. Las iglesias que adoptan la ideología del evangelio triunfalista terminan en deudas, en divisiones, y en escíndalos públicos que avergüenzan al resto de la cristiandad. 

Así que, amigo lector, mi recomendación es que usted se eduque en cuanto a los errores del evangelio triunfalista, y si está en una iglesia donde se predica y practica esa ideología, huya de ese lugar y ore al Señor para que le guíe a una iglesia que predique y practique la sana doctrina.