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¡La familia es un gran regalo de Dios! Y qué gozo siente Dios cuando una familia funciona como él la diseñó. Tal vez hoy usted pueda cantar de gozo por su familia o esté triste porque esa no es su realidad. Cualquiera sea su situación , quiero decirle que el plan de Dios para su familia sigue en pié. No todo está perdido. Seguramente va a requerir tiempo y esfuerzos, pero Dios es fiel a sus promesas y si usted está pone manos a la obra, las cosas van a cambiar. Claro, tal vez diga: “es que yo estoy dispuesto, pero mi familia no” De todas maneras, el cambio comienza con una persona. Propóngase en su corazón orar para que Dios intervenga en su familia, y también obedezca lo que él le indique hacer en el proceso. Como usted sabe, todo requiere tiempo y trabajo. Si siente que ya no tiene fuerzas para luchar, tal vez lo que debe hacer es dejar de luchar y comenzar a trabajar con la sabiduría que da Dios a los que le buscan. Dios le conoce a usted y a cada miembro de su familia. Él sabe cómo transformar las vidas, en términos comerciales podríamos decir que “ese es su negocio”. Así que, cambie su lamento en fe, entréguele a Dios su carga y reciba de él sabiduría y fuerzas hasta llegar a ver materializado el plan de Dios para su familia.